Mi presentación
Ituzaingó es mi lugar, mi casa, desde hace 15 años. La elegí porque me enamoré de su gente, del barrio, de los árboles y de la militancia.
Nací en Haedo hace 43 años y toda mi vida viví en el oeste. Soy la mayor de cuatro hermanos. Mi mamá es maestra jardinera y psicóloga social. Mi papá labura de encargado de un edificio en Belgrano. Durante muchos años estuvo al frente de una pequeña fábrica familiar de iluminación con mi abuelo, pero tuvo que cerrar en 1999 con la apertura de importaciones, esa época tan oscura para nuestro país que marcó nuestra vida para siempre.
Ellos siempre participaron de la vida del barrio: mí papá formó parte de la comisión directiva del club donde pasamos nuestra infancia y mí vieja, junto a otras mujeres, armaron la Asociación Civil Las Juanas, donde hacían feria americana y trueque en el 2001. Fueron esos los valores que impulsaron mi militancia social y por eso a los 15 años, junto al Padre Rodrigo, participé en el barrio Gardel, haciendo apoyo escolar y en el merendero.
Trabajo desde los 16 años. Hice mil cosas: vendí pochoclos en recitales, en partidos de fútbol con mi papá y en un puesto en el andén de Morón, fui camarera, vendedora en un local de ropa y telemarketer. Trabajé en recursos humanos para el sector privado gastronómico, donde continuo asesorando y durante muchos años fui organizadora en una empresa de eventos.
Cuando terminé la secundaria, estudié Comunicación Social pero luego descubrí que mi pasión era (y es) la educación, y me cambié a Ciencias de la Educación en la UBA. Supongo que también lo llevo en la sangre: mi bisabuelo Jorge fue el primer maestro de Vinchina, La Rioja.
Pasé largas horas de mi vida en el Sarmiento. Recuerdo que volvía en el tren blanco, que por esos años estallaba de familias que salían a buscar cartón. Todas esas vivencias me hacían pensar en las causas y las posibles soluciones y siempre llegaba a la misma: la educación y las políticas públicas como única forma de cambiar el destino que parecía sellado por políticas de ajuste y desgaste social.
Tardé más de lo que dicen los planes de estudios en recibirme. Claro, ¿a quién no le pasó si tres horas del día se iban viajando? Trabajar y estudiar siempre cuesta el doble y más si la Universidad pública y de calidad no queda cerca de tu casa.
Mientras estudiaba, un docente me convocó para integrar parte del equipo de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Era el año 2006 (todavía me acuerdo a la perfección que era domingo y yo estaba trabajando de camarera en un salón de fiestas de Parque Leloir).
Así inicié mis pasos en la gestión pública, conociendo sus formatos, sus límites pero también posibilidades. Cuando hay voluntad y ganas de hacer, se pueden llevar adelante políticas muy importantes desde el Estado. Fui coordinadora ejecutiva de los diseños curriculares de la Nueva secundaria de la DGCE, trabajé en la Universidad Nacional de Moreno como coordinadora de articulación con la escuela secundaria y desde el 2008, integro equipos de investigación. Estoy terminando mi doctorado sobre temas de democratización universitaria. Trabajé en el Ministerio de Educación de la Nación acompañando experiencias de educación comunitaria de todo el país e impulsamos el proyecto de Ley de Educación de Gestión Social. Soy docente en la Universidad de Avellaneda y de nivel superior en el Instituto Superior de Formación Docente 45 de Haedo.
Desde muy joven creo que la política es el medio para mejorar nuestra vida cotidiana. En 2021, fui candidata a Diputada Nacional, representando a la primera sección electoral, pero sobre todo a mi ciudad, Ituzaingó. Hace más de 15 años que trabajo todos los días por hacer un Ituzaingó mejor. Comencé acompañando a jóvenes y adultos a que terminen sus estudios y hoy desarrollamos proyectos que no solo generan trabajo sino que cuidan el ambiente, fortalecen a productores locales y transforman la vida de nuestros vecinos y vecinas.
Me confunden todo el tiempo con la cantante Nathy Peluso. Pero bueno, voy contando “yo soy la original, soy la de Ituza”. Es la consecuencia de portar un apellido que ahora es famoso. No pasa nada, mi apellido se asocia con música renovada y no con mandatos arcaicos.
Amo Ituzaingó. Como muchos, elegimos esta ciudad para formar nuestra familia. Hoy vivo en Ituzaingó Sur.
Mi compromiso con la política también tiene que corresponderse con las decisiones que tomamos en nuestra vida cotidiana. Decidimos apostar por mejorar nuestra ciudad, gestionar desde lo concreto y no con simples lemas. Por eso íntegro Enamorate. En este espacio vemos que si bien la ciudad creció estos últimos años, cada vez se profundiza más la diferencia entre los barrios. Muchos vecinos y muchas vecinas aún no tenemos cloacas, agua corriente, calles asfaltadas. Venimos escuchando los problemas y generando propuestas para impulsar una ciudad donde podamos vivir, trabajar, estudiar y disfrutar de nuestro tiempo. Ituzaingó necesita una renovación.
Por eso, en Enamorate queremos hacer por nuestra ciudad.


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